Uribe no es lo importante (Febrero - 2018)
Foto: Tomada de Internet |
(Columna escrita en enero de 2018 y publicada el 6 de febrero del mismo año en el portal Las 2 Orillas)
A menos de cinco meses de las
elecciones presidenciales, en Colombia se vive un clima enrarecido, aún no se
definen todas las candidaturas entre las que los ciudadanos tendremos que
elegir, el próximo 27 de mayo, a quien dirigirá los destinos de la patria por
los próximos cuatro años. Sin embargo, en medio de la confusión y las paredes a
reventar de caras que solo se ven cada cuatro años pidiendo votos, hay una sola
cosa clara: La batalla será entre la izquierda trasnochada (en todas sus
presentaciones) y una derecha con mucho por demostrar.
Lo anterior muy a pesar de los
esfuerzos desmedidos de los medios de comunicación y el gobierno nacional por
“acabar con la polarización”, cosa que, dicha de otra manera, es sencillamente
tratar de conseguir que los colombianos avalen y aplaudan todas las majaderías
del gobierno en pro de la “unidad y la paz”. Sin embargo, el pueblo colombiano,
apoyado en las nuevas tecnologías de comunicación e información, está haciendo
escuchar su voz y diariamente nos encontramos con millones de trinos y posts en
redes sociales donde podemos encontrar opiniones, en absolutamente todo el
rango de colores en las que estas puedan existir. Este interesante fenómeno fue
lo que me motivó a escribir estas líneas.
Hoy no pretendo cambiar
ideologías ni hacer que un militante del Polo replantee su vida para empezar a
militar en el Centro Democrático. Hoy quiero hablarle a los de un lado como a
los del otro para hacer una claridad que me parece fundamental en el contexto
electoral en el que nos encontramos: Uribe no es lo importante. Lo que pasará
el próximo 27 de mayo no se puede reducir a una puja entre dos políticos, en
las próximas elecciones presidenciales estaremos definiendo en qué país
queremos vivir de aquí en adelante y es fundamental que los colombianos
entendamos que ninguno, léase bien, ninguno de los candidatos será la solución
mágica, que varios de ellos prometen ser, a nuestros problemas. Es imperativo
que comprendamos que como ciudadanos no solo existimos para luchar por nuestros
derechos sino también para cumplir con nuestros deberes. Es clave que sepamos
que si Colombia está y ha estado siempre en una situación precaria no se debe
únicamente a “los políticos corruptos” sino también, y en mayor medida, a la
indiferencia y mediocridad de nosotros mismos como colombianos. Lo anterior
puede generar en el lector una reacción de rechazo que es completamente comprensible
dada nuestra inclinación a culpar a otros de nuestros errores y lavarnos las
manos con tranquilidad.
Con todo esto en mente primero
quiero hablarles a todos aquellos que están pensando votar por la izquierda únicamente
“por joder a Uribe”, y por izquierda me refiero a Petro a Humberto de la Calle
a Fajardo (si amigo lector, Fajardo es de izquierda, aunque a él le de miedo
aceptarlo) y al asesino Timochenko. Si bien usted tiene todo el derecho de
votar por quien prefiera, le pido encarecidamente que tome en consideración los
puntos descritos unas líneas mas arriba y tenga en cuenta también, que todas
las opciones que están en el espectro de la izquierda han sido, en algún punto
de sus carreras, amigos o simpatizantes del régimen dictatorial y genocida que
hoy tiene secuestrada a nuestra hermana nación Venezuela. Y así muchos
intelectuales se rasguen las vestiduras insultando a todo aquel que insinúa que
Colombia corre riesgo de acabar en la misma situación del vecino país, dicho
riesgo es muy real. Por otro lado, no estoy diciendo que los candidatos de la
derecha sean perfectos ni mucho menos, pero con ellos, por lo menos tenemos la
certeza de no comprometer aún más nuestras libertades individuales que a final,
serán la única herramienta que nos permitirá, a las nuevas generaciones,
cambiar definitivamente el rumbo de nuestro país. Sin libertad hay nada.
Segundo y para concluir quiero
hacerle un llamado a los uribistas, a los cuales orgullosamente pertenezco como
militante activo del Centro Democrático. Dicho llamado es a que hoy más que
nunca tengan en mente que lo importante no es Uribe. No me malinterpreten, mi
admiración por el liderazgo y los postulados del presidente Uribe es inmensa,
tanto así que me llevo a dedicarle al Centro Democrático más de dos años de mi
vida (tengo 24) trabajando con amor y convicción para fortalecer dicha
colectividad. Pero el caballo de batalla tiene que dejar de ser el presidente
Uribe y tiene que iniciarse la transición hacia la difusión de sus ideas y las
de todos los grandes líderes que sé que existen en el partido. Menos “riñas
callejeras” por twitter contra todo aquel que insulte al presidente Uribe y más
debate de ideas, con altura y, sobre todo, con patriotismo.
Jorge Luis Rodríguez Cortés
Twitter: @JorgeRC11945
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