Uribismo 4.0




En tiempo de pandemias, recesiones, viajes espaciales y ciudades en llamas, el mundo está empezando a ser plenamente consciente de un fenómeno que se ha agudizado en los últimos 30 años, la constante y cada vez más acelerada transfiguración de las sociedades por cuenta de los avances tecnológicos y de un mundo cada vez más pequeño gracias a la interconexión global e inmediatez con que viaja la información. Por todo esto, hoy más que nunca somos conscientes de la necesidad que tiene toda organización, independientemente de su naturaleza, de responder casi de forma inmediata a cambios disruptivos en su contexto de desarrollo. Los partidos y/o movimientos políticos no son la excepción.

A continuación, comparto mi visión acerca de lo que, considero, debería ser el enfoque del Uribismo para afrontar los nuevos y cambiantes retos del mundo y la política moderna.

Como primera medida es fundamental mostrar a la sociedad colombiana que el Uribismo no es una suerte de culto abnegado hacia una persona, sino por el contrario, es una colectividad juiciosa y propositiva que apoya y defiende una serie de tesis e ideas. Claro, dichas tesis fueron planteadas y validadas en los ocho años de gobierno del expresidente Álvaro Uribe, persona por la que personalmente siento gran respeto y admiración, en especial por sus calidades de liderazgo y espíritu patriótico. Sin embargo, hoy estoy convencido de que el reto que debemos atender, en especial desde las nuevas generaciones de uribistas, es el de difundir, enriquecer y complementar dichas tesis, antes de tratar de conseguir que una opinión pública parcializada y manipulada por intereses colectivistas y enemigos de la libertad, recupere el aprecio que alguna vez sintió por el senador Uribe. Creo que si de verdad se aprecia al expresidente, el camino para apoyarlo y limpiar su nombre es defender su legado y hacerlo trascender a través de la construcción y evolución de sus ideas.

Con lo anterior en mente y teniendo como punto de partida los cinco pilares fundamentales del Uribismo, (Seguridad Democrática, Confianza Inversionista, Estado Austero, Cohesión Social y Dialogo Popular) podremos, en palabras de Sir. Isaac Newton:
 “Ver más lejos al estar parados en hombros de gigantes” 
y así, construir sobre lo construido, desarrollando y complementando ideas que puedan servir a Colombia y traer a la mesa las necesidades y problemáticas de nuestro país desde cada una de sus regiones, defendiendo la libertad, la vida y la propiedad privada como valores democráticos fundamentales, al igual que la seguridad y el control territorial como primer paso para el desarrollo de las regiones históricamente golpeadas por la violencia. Podremos también formular propuestas acerca del aprovechamiento sostenible de los recursos naturales; impulsar el uso de energías renovables; trabajar en ideas que nos ayuden a explotar todo el potencial agrícola de nuestro país, brindándole oportunidades a la juventud rural para que se eduque en las ciencias del campo y así construir los cimientos de una industria agrícola sostenible y competitiva internacionalmente. Además, podremos hablar de temas fundamentales como la respuesta de Colombia a la industria 4.0 y cómo vamos, como nación, a dotar a las nuevas generaciones de profesionales con las habilidades particulares que requerirá el mercado en el mediano plazo; podremos también traer a la mesa temas fundamentales, pero tristemente engavetados, como la recuperación del transporte intermodal (fluvial, férreo y carretero) en todo el territorio nacional.

En fin, volver a poner en la agenda nacional temas clave para el desarrollo del país, que han pasado a un segundo plano gracias a una polarización que cada día aumenta más el hastío del colombiano promedio hacia la política, y lo impulsa a acercarse a opciones populistas que posan como alternativas, pero en verdad son lobos en disfraz de oveja, o como los llaman algunos sectores de opinión, movimientos sandía, verdes por fuera, pero rojos por dentro.

En conclusión, el reto está en dejar de aproximarnos al debate nacional, únicamente, en los términos en los que la oposición quiere que lo hagamos, debemos buscar la forma de ser nuevamente quienes proponen la agenda política y de debate en el país, buscando que esta no esté centrada únicamente en el ataque o la defensa de X o Y grupo político, sino por el contrario, en las necesidades y problemas que afrontan los colombianos de a pie en su diario vivir. Valga decir que esta titánica labor la vienen adelantando varias credenciales del CD, sin embargo, creo que es momento de que los militantes y en especial los jóvenes nos empecemos a apropiar también de dichas banderas y comencemos a forjar lo que será el Uribismo 4.0.

Jorge Luis Rodríguez Cortés
@JorgeRC11945


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